Atrás La Fúria Española no dejó una firma genética en la población flamenca

La Fúria Española no dejó una firma genética en la población flamenca

Això es revela en una investigació liderada per la Universitat Catòlica de Lovaina amb la participació de Francesc Calafell, investigador de l'IBE i professor a la UPF. Les persones holandeses i flamencs de cabell curt i fosc sovint se'ls diu que han de tenir ‘sang espanyola’ a causa de les violacions durant la guerra dels 80 anys amb Espanya. L'estudi no nega les atrocitats comeses per l'exèrcit, però mostra que els fills nascuts d'aquestes violacions no estan entre els avantpassats de l'actual població flamenca.

 

19.01.2018

En el siglo XVI, durante la ocupación de Flandes por las tropas de Felipe II de Castilla, ciudades como Mechelen (1572), Aalst (1576), Amberes (1576) y Zichem (1578) fueron saqueadas. Estos eventos, conocidos como la Furia Española, dieron al ejército real la reputación de banda de asesinos, ladrones y violadores. Estas atrocidades están tan arraigadas en la memoria colectiva de las sociedades belga y holandesa que se presupone generalmente que una huella de esta historia está presente en su ascendencia genética. De hecho, a menudo se piensa que los holandeses y flamencos de cabello corto y oscuro tienen ‘sangre española’ debido a las agresiones sexuales durante la guerra con España.

Ahora, un grupo de genetistas liderado por Maarten Larmuseau, investigador en la Universidad Católica de Lovaina, con quien Francesc Calafell, investigador en el Instituto de Biología Evolutiva (IBE) y en la Universidad Pompeu Fabra (UPF), ha colaborado, ha descubierto que las agresiones sexuales cometidas en el siglo XVI no dejaron una firma detectable en el genoma autóctono de los Países Bajos.

El artículo, titulado "La leyenda negra sobre la presencia española en los Países Bajos: Verificación de creencias compartidas sobre la ascendencia genética", acaba de ser publicado en el American Journal of Physical Anthropology.

Rastreo del cromosoma Y

Aunque solo contiene el 1% del genoma masculino, el cromosoma Y es el responsable de que los hombres sean anatómicamente hombres. Impide la formación de ovarios en el feto y permite el desarrollo de los testículos, y se transmite únicamente de padres a hijos varones. Existen muchas variantes del cromosoma Y, y su origen, dispersión y distribución geográfica se pueden conocer analizando muestras de hombres de diferentes países.

En la investigación liderada por Larmuseau, se estudiaron las frecuencias de dos variantes del cromosoma Y, R1b-Z195 y R1b-SRY2627 —más frecuentes en la Península Ibérica que en cualquier otro lugar de Europa— en una muestra de hombres belgas y holandeses. La muestra consistía en 116 voluntarios. Estos voluntarios conocían su genealogía a través de la paternidad y tenían antepasados que vivieron en Mechelen, Aalst, Amberes o Zichem antes de 1700. Además, sus apellidos habían sido documentados a finales del siglo XVI en alguna de las ciudades mencionadas.

Los resultados de la investigación mostraron que las frecuencias de las variantes R1b-Z195 y R1b-SRY2627 en los hombres de las ciudades saqueadas eran muy similares a las del resto de los flamencos. Además, estas frecuencias eran muy parecidas a las frecuencias encontradas en regiones vecinas como el norte de Francia, donde apenas hubo presencia española. Por lo tanto, se infiere que el impacto de los ataques de las tropas de Felipe II sobre la variación genética no fue lo suficientemente relevante como para dejar una huella en el ADN de las poblaciones nativas actuales, ni siquiera en aquellos hombres provenientes de las comunidades que fueron víctimas de la Furia Española durante la segunda mitad del siglo XVI.

“Estos hallazgos no niegan que los soldados españoles cometieran numerosas agresiones sexuales; sin embargo, implican que los hijos nacidos de esas violaciones no están entre los antepasados de la actual población flamenca”, afirma Calafell.

Artículo de referencia: Larmuseau, M.H.D.; Calafell, F.; Princen, S.A.; Decorte, R. & Soen, V. The black legend on the Spanish presence in the low countries: Verifying shared beliefs on genetic ancestry. American Journal of Physical Anthropology. 2018; 1-9 DOI: 10.1002/ajpa.23409